Tristemente, la Sheriff y bebedora de café de tiempo completo, Sunshine Vicram, no recibió esas noticias.
Todo lo que Sunshine quiere es un día tranquilo. Ya sabes, del tipo que empieza con un café y una rosquilla (o tres) y termina con una pizza para llevar y una copa de chardonnay (o siete). Resulta que es tan fácil como cambiar a descafeinado. (¿Qué clase de gente hace eso? ¿Y quién les hizo daño?)
Antes de que pueda decir café moca helado, Sunny tiene una pelea en un bar que salió mal, una hija adolescente persiguiendo a un asesino en serie y, oh, sí, el misterio aún sin resolver de su propio secuestro años antes. Todas las pruebas apuntan a un destilador local, un peligroso chico malo llamado Levi Ravinder, pero Sun sabe él que no es el villano de su historia. Aun así, quizás debajo de todo esto posea las claves de su desaparición. Al menos, debajo de todo, posee un serio conjunto de abdominales. Los ha visto. Una vez. Accidentalmente.
Entre vigilar una ciudad que su guapo ayudante dice que cuesta cuatro céntimos menos que un dólar, ese molesto enamoramiento que tiene con Levi que parece crecer exponencialmente cada día, y un mapache irascible que no sabe cuándo rendirse, la vida de Sunny está a punto de alcanzar un nuevo nivel de locura.
Sí, definitivamente un buen día para el chardonnay.
Mil gracias a PB!
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