Supe que era un problema desde el momento en que nos miramos a los ojos.
Nos conocimos en el trabajo, en mi primer día como barista.
Sonrió, me derretí... luego probó mi café y lo tiró.
De nuevo, al día siguiente y al siguiente.
Odiaba el café, pero aun así regresó.
Conocía su juego.
Llamó a mi café muerte en una taza.
Lo llamé el regalo de Dios para las mujeres.
No estaba mintiendo.
Luego nos encontramos fuera de la cafetería, y ahí fue cuando las cosas se pusieron interesantes.
Ya no es suave y dulce con modales impecables.
El señor García tenía un lado más oscuro, su apetito, espeso y pesado.
Me prendió fuego.
Incapaces de evitarlo, nos enamoramos perdidamente.
El más alto de los máximos.
Pero sus demonios son oscuros, como los míos.
No estoy seguro de que podamos lograrlo y sé que tengo dos opciones.
Aléjate ahora para salvarme.
O intenta aguantar y deja que el amor sea la luz.
Elijo la opción dos.
Nos conocimos en el trabajo, en mi primer día como barista.
Sonrió, me derretí... luego probó mi café y lo tiró.
De nuevo, al día siguiente y al siguiente.
Odiaba el café, pero aun así regresó.
Conocía su juego.
Llamó a mi café muerte en una taza.
Lo llamé el regalo de Dios para las mujeres.
No estaba mintiendo.
Luego nos encontramos fuera de la cafetería, y ahí fue cuando las cosas se pusieron interesantes.
Ya no es suave y dulce con modales impecables.
El señor García tenía un lado más oscuro, su apetito, espeso y pesado.
Me prendió fuego.
Incapaces de evitarlo, nos enamoramos perdidamente.
El más alto de los máximos.
Pero sus demonios son oscuros, como los míos.
No estoy seguro de que podamos lograrlo y sé que tengo dos opciones.
Aléjate ahora para salvarme.
O intenta aguantar y deja que el amor sea la luz.
Elijo la opción dos.
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