Winston tiene mi corazón, los Morelli tienen fotos incriminatorias y yo me quedo sin nada más que tres hermanastros que quieren lastimarme y un futuro en duda. Sabía que Winston no sería mi Príncipe Azul, pero eso no impidió que me enamorara de él.
Después de todo, los zapatos me quedaban bien y me permití creer que estaría bailando con Winston para siempre.
Hasta que sale a la luz demasiada verdad.
Hasta que me doy cuenta de que, en lugar de gobernar el tablero, yo solo era un peón.
Al final, solo tengo una pregunta. Cuando termine su juego conmigo, ¿podré fingir que el zapato de cristal no encajaba perfectamente?
Mil gracias a SB!
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