Cuando eres bueno, nadie se acuerda jamás. Pero cuando eres malo, no pueden dejar de recordártelo. Fui etiquetada como una rebelde, una fiestera, una molestia, incluso una... no importa, no necesitas saber eso.
Todo eso cambió cuando me dio una etiqueta. Me sometí al apodo.
Soy una pervertida. Me deleito en la oscuridad, junto a él.
Prohibido. Contra las reglas. Una mala idea.
No podemos evitar romper la brújula moral.
Pero el extraño me está mirando. Cada movimiento, cada respiración y cada sueño.
Está ahí, esperando, aguardando su momento. Al final, me atrapará.
Cuando se descubran los secretos... ¿Quién será el pervertido entonces?
Mil gracias a JRF!
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