Al menos hasta que llega un misterioso gigante escocés lleno de cicatrices que afirma que su trabajo es empaquetar profesionalmente los cuadros.
Duncan hace que Thea se sienta segura y libre por primera vez en su vida, animándola a poner en práctica las fantasías que siempre ha mantenido ocultas. Encerradas.
Su abrasador vínculo crece, un delicioso encuentro a la vez. Pero, ¿y si el hombre que ha reclamado su corazón... no es quien dice ser?
Mil gracias a S!
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